Eso es cosa del Gobierno

El miércoles se publicó en El Correo la noticia: La suciedad de las costas y la falta de agua, preocupaciones ecológicas de los españoles.

Una encuesta de la Fundación BBVA confirma la existencia de una gran conciencia medioambiental y un claro pesimismo hacia el futuro de la Naturaleza

Sin embargo, lo más interesante de este estudio, venía explicado en un breve artículo que acompañada a la noticia: Alarmados, pero inactivos.

El medio ambiente es el área hacia la que los ciudadanos aseguran sentirse más interesados (...)

Menos de un 10% ha apoyado económicamente o con su presencia una causa medioambiental, (...) el 82% de los ciudadanos opina que deben ser los gobiernos quienes aprueben leyes que obliguen a las personas a proteger el medio ambiente antes que dejar en manos de cada uno las decisiones sobre cómo proteger nuestro entorno.

Menos del 2% de los entrevistados pertenece a alguna asociación de protección del medio ambiente y de animales. La disposición a participar en organizaciones de esas características alcanza al 50% de la población.

Nos interesa mucho el medio ambiente pero sólo el 10% se rasca el bolsillo. El 50% participaría, pero sólo el 2% lo hace. El 82% cree que es cosa del Gobierno. Ya dice el proverbio: si el hacer como el decir fuera, quién no hiciera.

Está claro que tomar acción para resolver algo es mucho más cansado que dejarlo en manos de otros. Incluso para cosas que nos afectan directamente, solemos optar por asumirlas y esperar que alguien las solucione -olvidando que El futuro fue ayer-. Afortunadamente, todavía queda gente que se pone las pilas.

En la parada de Euskotren de Deusto, en la rampa por la que accedían los vecinos de Buenavista, Lagunetxe y parte de los de Arangoiti, para evitar que los pasajeros se puedan colar sin pagar han puesto una valla, en vez de una canceladora que habría sido lo lógico. El caso es que la valla obliga a todas las personas que usan el tren a dar un rodeo de más de 200 metros. Un rodeo que supone una molestia para todos los usuarios, y que afecta especialmente a aquellos que tienen problemas de movilidad debido a las pronunciadas cuestas que hay en el camino.

Alorza podría haber esperado a que alguien hiciera algo pero, en vez de eso, escribió una carta de queja a Euskotren, y como la respuesta de Euskotren no fue satisfactoria, ha empezado una campaña para hacer ruido con este tema dentro de sus posibilidades. En su blog ha escrito: Euskotren no nos deja avanzar, ha subido la foto de la valla a flickr y ha puesto la txapela del despropósito en Bilbao.bi.

¿Será suficiente? Quizás no. ¿Conseguirá cambiar algo? No lo sé. Pero el solo hecho de intentarlo tiene un valor tremendo. Quedándose de brazos cruzados es casi seguro que no se iba a solucionar.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el medio ambiente? Mucho. Si en vez de seguir con la jodida costumbre de negarnos a asumir nuestra responsabilidad, y afirmar convencidos que "eso es cosa del Gobierno", hacemos todos lo que esté en nuestra mano, el resultado se notará, y mucho. Está claro que en las cosas que afectan a mucha gente la responsabilidad se diluye y, que es muy fácil encontrar una excusa, se suele recurrir a decir que lo que tú puedas hacer es una gota en el océano y que eso no va a cambiar nada, pero como dice la campaña del Ministerio del Medio Ambiente: el total es lo que cuenta.

Mientras sigamos dejando en manos del Gobierno solucionar los problemas de fondo, no se arreglará nada. El objetivo de los partidos políticos es ser reelegidos cada cuatro años, no solucionar los problemas estructurales. El coste en votos de hacerlo es mucho mayor del que están dispuestos a asumir. La resolución de casi todos los problemas que delegamos en el Gobierno, depende exclusivamente de que todos aceptemos nuestra responsabilidad y colaboremos en la medida de nuestras posibilidades. Que son muchas más de las que solemos reconocer.